Los integrantes de la ‘troika’ para Sudán y la Unión Europea (UE) han reclamado “a todos los actores políticos” que inicien un “diálogo inclusivo” de cara a la formación de un gobierno civil para completar el proceso de transición en Sudán.
Los firmantes –Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, además de la UE– han dicho que “este proceso debe generar un acuerdo que defina un calendario claro de cara a unas elecciones liberes y justas, los procedimientos para elegir a un primer ministro de transición y otros altos cargos y un mecanismo de resolución de disputa para ayudar a evitar futuras crisis políticas”.
Asimismo, han subrayado que “toman nota” del anuncio del jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, sobre la retirada de los militares de las conversaciones políticas.
“Reconocemos la intención declarada de las fuerzas militares de retirarse de la escena política una vez haya acuerdo entre las partes civiles para formar un gobierno de transición”, han señalado, antes de destacar que “el Ejército y las fuerzas de seguridad deben cumplir este compromiso”.
“Deben también poner fin a la violencia contra los civiles y hacer rendir cuentas a los responsables de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones y abusos de los Derechos Humanos”, han manifestado en su comunicado conjunto.
En este sentido, han hecho hincapié en que “un gobierno de transición debe estar encabezado por civiles, tener una base amplia y apoyo nacional”. “Debe haber también claridad y supervisión sobre el papel y las responsabilidades del Ejército. Estos asuntos no pueden ser definidos de forma unilateral por el Ejército y requieren diálogo y transparencia para ayudar a evitar futuras disputas”, han argüido.
Los firmantes han respaldado además los esfuerzos del mecanismo tripartito –integrado por la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS), la Unión Africana (UA) y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD)– para “facilitar este diálogo inclusivo” y han reiterado su pesar por “la continuada pérdida de vida y marcha atrás en importantes progresos a nivel económico y político cerca de tres años después de que Sudán empezara su transición a la democracia”.
“Aplaudimos el compromiso del pueblo sudanés con un futuro más pacífico y justo y honramos los sacrificios de los que han perdido la vida en apoyo a la democracia. La ‘troika’ y la UE esperan apoyar a un gobierno civil de transición que disfrute de apoyo popular y que refleje las esperanzas y aspiraciones compartidas con el pueblo sudanés”, han zanjado.
Al Burhan anunció el 4 de julio que el Ejército no participará en las negociaciones auspiciadas por el mecanismo tripartito e instó a las fuerzas políticas a impulsar un “diálogo serio de inmediato” para “restaurar la unidad del pueblo sudanés”. Una vez se alcance este acuerdo, el Consejo Soberano de Transición será disuelto y se formará un Consejo de Seguridad y Defensa.
El golpe de Estado de octubre de 2021 derivó en la destitución del primer ministro civil, Abdalá Hamdok, si bien las presiones internacionales forzaron un acuerdo para restituirle en el cargo en noviembre, lo que provocó que perdiera apoyo entre las fuerzas opositoras y revolucionarias.
Sin embargo, Hamdok presentó su dimisión en enero en protesta contra la represión de las movilizaciones y después de que las autoridades militares expulsaran del Ejecutivo a diversas agrupaciones civiles argumentando que actuaban contra los intereses del Estado.
Las autoridades de transición fueron instauradas tras un acuerdo entre la junta militar anterior, surgida tras el golpe de Estado de 2019 contra Omar Hasán al Bashir, y diversas organizaciones civiles y formaciones políticas opositoras. Este Gobierno había iniciado una batería de reformas sociales y económicas y ha alcanzado un acuerdo de paz con importantes grupos rebeldes de Darfur y otras zonas del país.